la línea de pensamiento va así: en algún punto hace dos años mi ex compró unas pinzas con formas de pulpos muy lindas, y su primer comentario al mostrármelas fue: ya se, son algo ridículo pero me gustaron
por razones que no les puedo explicar eso no se me ha olvidado, y mi cerebro tuvo a bien recordármelo ahorita que, justamente, estoy buscando pinzas lindas (hasta ahora he usado de ropa)