Pasa en todas y cada una de las ciudades en las que se invierte en bicicleta quitando espacio al coche, París no es una excepción.
A pesar de contar ya con cientos de ejemplos de ciudades progresistas, los cenizos de ayuntamientos inmovilistas siguen diciendo que no es viable, que 'su' ciudad es diferente y que nadie va a pedalear.